
Al oir citar esta provincia produce en algunas personas un tanto pusilánimes un repeluzno originado por el recuerdo de las mínimas invernales o del relato de fríos sufridos por algún desprevenido viajero: en otras, cuyas aficiones cinegéticas les hacen soportar de buen grado helores y neblinas, la reacción es muy distinta; una puesta en tensión de los nervios ante el recuerdo de un lance de caza o un aumento de la secreción salivar, a modo de reflejo de Pavlov.
La cocina manchega tradicional está bien provista de recetas para combatir esos fríos y aprovechar las piezas que la caza menor -y aún la mayor, en algún caso le proporcionan-. Es por tanto sólida, bien sazonada y de gran valor energético. Por ello, amigo lector, si tienes la suerte de poseer un estómado que realiza sus funciones con toda normalidad, no rechaces el ofrecimiento de unos gazpachos manchegospreparados con perdices y liebres y bien regados con largos tragos de tinto del país, sobre todo si has empleado la mañana en persecución de aquellas piezas. Pero si prefieres la perdiz simplementte estofada o escabechada, no olvides que las de Lietor o Albacete gozan de justa fama... ¿No te tienta sola? pues tómala con arroz o ajiaceite.
Como la temporada cinegética es relativamente breve, es posible que nos visites en otra época del año. No te importe, pues podrás saborear un excelente cordero frito con ajetes tiernos, unas chuletas de Ayna o el preparado con aceite y vino, plato este último que suele servirse en las bodas en El Bonillo: Seguramente formó parte del menú de las de Camacho.
Aquel cuyas preferencias se inclinen por las carnes de cerdo, saboree un buen-solomillo asado a la brasa sobre trébedes- o un chusmarro,pero sin olvidar remojarlo
con el correspondiente trago de tinto. Si es el toro el que le atrae pida una una olla de pastoresque en Elche de la Sierra sazonan de modo exquisito.
¿Hace frio? Un plato de ajopuerco hecho con hígado de cerdo picado ayudará a soportarlo, el vegetariano o guardador de vigilias podrá sustituirlo por el clásido, atascaburras
de patata cocida y amasada con aceite a la que se añade bacalao desmenuzado. Huevo duro y nueces ayudan a presentar este plato de tan poco atractivo nombre que se suele servir en días de nevada.
Otros platos más o menos conocidos podríamos citar: el, moje o asadillo de tomates y pimientos encarnados adobados con aceite crudo y ajo, , ... Pero tememos castigar el ya cansado estómago de nuestros lectores.
Si acaso ofrezcamos un trozo de queso del Bonillo o Munera que, sin menospreciar a los de otros lugares manchegos, son de excelente calidad.

Pasemos, por último a la pastelería: mantecados de Alpera,, bizcochos de Tarazona, La Gineta o La Roda, bollos de mosto, tortas de chicharrones y de manteca, rollos pintaos de San Blas (Elche), de Montealegre...
Los Nuégadoshechos con miel de La Solana, picatostes y nueces o la mercocha son tambien ricas dulzainas a las que son muy aficionados los manchegos que llegan a tomar... las lechugas con miel.
La cocina manchega tradicional está bien provista de recetas para combatir esos fríos y aprovechar las piezas que la caza menor -y aún la mayor, en algún caso le proporcionan-. Es por tanto sólida, bien sazonada y de gran valor energético. Por ello, amigo lector, si tienes la suerte de poseer un estómado que realiza sus funciones con toda normalidad, no rechaces el ofrecimiento de unos gazpachos manchegos
Como la temporada cinegética es relativamente breve, es posible que nos visites en otra época del año. No te importe, pues podrás saborear un excelente cordero frito con ajetes tiernos, unas chuletas de Ayna o el preparado con aceite y vino, plato este último que suele servirse en las bodas en El Bonillo: Seguramente formó parte del menú de las de Camacho.
Aquel cuyas preferencias se inclinen por las carnes de cerdo, saboree un buen
con el correspondiente trago de tinto. Si es el toro el que le atrae pida una una olla de pastores
¿Hace frio? Un plato de ajopuerco hecho con hígado de cerdo picado ayudará a soportarlo, el vegetariano o guardador de vigilias podrá sustituirlo por el clásido
de patata cocida y amasada con aceite a la que se añade bacalao desmenuzado. Huevo duro y nueces ayudan a presentar este plato de tan poco atractivo nombre que se suele servir en días de nevada.
Otros platos más o menos conocidos podríamos citar: el
Si acaso ofrezcamos un trozo de queso del Bonillo o Munera que, sin menospreciar a los de otros lugares manchegos, son de excelente calidad.

Pasemos, por último a la pastelería: mantecados de Alpera,
Los Nuégados
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