miércoles, 29 de abril de 2009

LA CONSTRUCCIÓN DEL TEATRO CIRCO


En casi todos los datos que se han dado, salvo unos pocos, son inéditos y fruto de una paciente investigación entre los viejos papeles de los archivos de Albacete.
El tema del Teatro Circo era demasiado importante para que permaneciera inédito. Las monografías más profundas son las publicadas por Don Alberto Matetos Arcángel, heredero vocacional de su padre, Don Rafael Mateos y Sotos, un gigante de la historiografía albacetense. Loa artículos prospectivos que Alberto Mateos, historiador, dibujante y escritor de fina y sutil pluma, publica en la revista "Feria", todos los años, son de antología, y merecerían ser publicados en un libro. Un libro delicioso que sin duda se vendería e Albacete con un éxito extraordinario

El primero de octubre de 1886, según dice el citado historiador, fue fundada la sociedad del Teatro Circo, compuesta por los siguientes señores: Rafael Serna López, como presidente, y José Antonio Molina Tejada, Inocencio Serna Tévar, Gabriel Navarro Rodríguez, Juan Pérez Romero, Francisco Sánchez González, José María Cortés García, Ricardo Navarro Córcoles, Angel Albir Pastor, Enrique Díaz Moreno, Germán León Vera y Tomás Duch Montero. La sociedad compró los terrenos de una huerta a espaldas de la Diputación Provincial, propiedad de Doña Joaquina Marqués Jiménez , y un miembro de la misma, Don Juan Pérez Romero, Ayudante de Obras Públicas, auxiliado por el delineante Don Emilio Vergara, que se encargaron de realizar a marchas forzadas todos los planos del proyecto.

domingo, 19 de abril de 2009

RIÑAS DE GALLOS. CIRCOS. EL TEATRO VIDAL





Durante este tiempo existía en Albacete, de un modo permanente, un llamado Circo Gallístico, en el que solían hacerse las entonces tradicionales riñas de estos animales, tal y como aún suelen hacerse en ciertos países hispanoamericanos, y fomentándose con ello las apuestas entre los asistentes, no satisfechos, sin duda, con el juego que se practicaba en los casinos.

De vez en cuando acudían también, sobre todo en la temporada de Feria, espectáculos circenses de mayor categoría. La desaparición de la mayor parte de las colecciones de periódicos locales nos priva de conocer detalles sobre estos espectáculos. No obstante se conserva documentación sobre algunos de ellos entre 1858 y 1875. Son las autorizaciones que el Gobierno Civil daba a algunas compañías ecuestres, gimnásticas, acrobáticas, zoológicas, etc., como las de Enrique Maury. J. del Campo, José Navarro del Castillo, Manuel Fernández, Lorenzo Bernabé ... Estas compañías circenses solían acudir a Albacete en la temporada de verano, permaneciendo hasta bien pasada la temporada de la Feria.

El Teatro Vidal fue construido el 20 de junio de 1880, al aire libre, en la calle del Bosque. Era un teatro de verano y debía el nombre a su constructor, el ebanista Godofredo Vidal. Según Sánchez Torres, desaparecido el Teatro del Casino en la calle de Salamanca y disuelto el Liceo, el Teatro Vidal, "aunque de malas condiciones, fue nuestro único templo de Talía hasta que la construcción del Teatro Circo hizo forzosa su clausura.

domingo, 12 de abril de 2009

LOS CÓMICOS DE LA LEGUA Y EL HAMBRE


Los cómicos de la legua que de vez en cuando hacían escala en Albacete, sobre todo durante la Feria, solían pasar sus buenos apuros para subsistir. El teatro, en aquella época, debía ser un medio bastante seguro para morirse de hambre. Durante la Feria de 1846 llegó a Albacete la compañía cómica de la que era autor Don Manuel Jáuregui, con la intención de dar sus funciones al aire libre, en un parador habilitado al efecto. El nombre de este parador no se cita en el documento en el que se ha encontrado la noticia. Y es una lástima, ya que ello sería una prueba de que tambien en Albacete existían corrales de comedias. Sin duda sería cualquier parador de una de nuestras fondas o posadas, como pudo haber sido en la del Rosario, verdadera reliquia que aún poseemos como testimonio. En los patios de estas posadas se hacía todo lo que era verdaderamente importante en la Mancha: los bailes de máscaras, las funciones teatrales de los cómicos de la legua, y la vela de las armas quijotescas.

Don Manuel Jáuregui empezó sus funciones en uno de estos paradores al aire libre, pero bien pronto se quedó sin espectadores ya que la Feria de 1846 fue una Feria mojada, y los sufridos manchegos no eran capaces de aguantar las funciones mientras la lluvia les calaba hasta los huesos. Así las cosas y viendo que los cómicos se morían de hambre sin poder trabajar, un albacetense muy relacionado con la gente de teatro, Don José Jareño, aconsejó al autor que dirigiera una instancia al Regente de la Audiencia Territorial pata que les dejara el local de San Agustín, como se había hecho en años anteriores con otros cómicos. Don Manuel Jáuregui, en efecto, remitió al Regente una lacrimosa instancia en la que le contaba la situación de su compañía, haciéndole ver que prácticamente morirían todos de hambre si aquél no accedía a darles este pequeño favor y que estaban sin recurso alguno para marchar a otro punto.
Sin duda las actuaciones en la iglesia les remediarían un poco su apuradísima situación, y conseguirían recursos suficientes para ir a hambrear de nuevo por los caminos de España.

martes, 7 de abril de 2009

REPRESENTACIONES EN POSADAS, HOSPITALES E IGLESIAS


En una casa de la calle Mayor que fue adquirida para oficinas y almacenes del Canal de María Cristina celebrábanse, allá por los años de 1820, representaciones teatrales y bailes de máscaras, y de aquí el nombre de la Casa de las Comedias con que era conocida hasta su demolición. Otras veces las funciones tenían lugar en las posadas o en paradores al aire libre, y, hasta 1849, algunas veces, en la iglesia del que fue convento de San Agustín, que, en virtud de las leyes desamortizadoras, había sido cedido para la instalación de la Audiencia Territorial de Albacete. Había también un salón del Hospital de Caridad de San Julian, establecido entonces donde ahora existe el Parque de Bomberos y la Casa de Socorro, que tembién se había habilitado malamente para bailes, aunque parece ser que no para teatro, hasta un poco más tarde.

Fuera de estos locales no existían casinos ni otros salones para organizar fiestas de sociedad. Tanto el salón del hospital como el de la iglesia del convento eran solicitados casi todos los años para organizar funciones teatrales, e incluso bailes de máscaras durante las Carnestolendas, con el fin de habilitar recursos para la Milicia Nacional, encargada de defender a la ciudad contra las incursiones de los carlistas. El teatro y el carnaval en Albacete, como el Tenorio, iban recorriendo toda la escala social, desde las posadas a los hospitales, pasando por las iglesias de los conventos.

PRIMEROS TIEMPOS DEL TEATRO


Hasta 1887, fecha de la construcción del Teatro Circo, el más antiguo de nuestros escenarios actuales, podemos decir que estamos en una verdadera prehistoria del teatro albacetense. Eran aquellos tiempos dificiles en los que el teatro vivía verdaderamente de prestado en nuestra ciudad. Hasta esa fecha no había en Albacete local alguno en el que pudieran representarse con dignidad piezas dramáticas. Y los grupos de aficionados y los cómicos de la legua, cuando venían, tenían que hacer sus funciones en salones particulares, habilitando en ellos de cualquier manera un teatro provisional, o al aire libre, que era lo más frecuente.

La tradición teatral en Albacete es muy antigua. Se tienen documentos que demuestran la existencia de frecentes representaciones, sobre todo durante algunas fiestas importantes, el Corpus, la Feria, San Juan... En la festividad del Corpus Christi solían organizarse sobre todo representaciones de Autos Sacramentales. Sin duda se hacían al aire libre, frente a la iglesia de San Juan, o en la plaza del Altozano. Concurría todo Albacete a presenciar la actuación, y los gastos eran sufragados por el Ayuntamiento.

lunes, 6 de abril de 2009

SITUACIONES DIFICILES


Albacete hubo de enfrentarse frecuentemente durante el siglo XVI a situaciones dificiles, agravadas hacia el final, provocadas por causa de la peste, las malas cosechas y las plagas de langosta y por las obligaciones militares.
Otro motivo de contínua preocupación era la acequia que con la rotura de sus quijeros y el relleno de arrastres originaba problemas de mantenimiento.

sábado, 4 de abril de 2009

EL TERMINO NUEVO


Con anteriordad Albacete había vuelto a ampliar su término a costa otra vez del de Chinchilla. Ocurría en 1752, después de un proceso sobre reparto de baldíos entre villa y ciudad iniciado en 1741. En lo fundamental todo tenía so origen en que en 1723 cesó el régimen de conciertos entre ambas poblaciones que se había iniciado en 1634 para el aprovechamiento de pastos y montes y que les había permitido vivir en una relativa paz y quietud durante aquellos noventa años. En definitiva, después de 1723 ambos términos volvieron a la antigua comunidad de pastos, sin concordias, y los pleitos volvieron a encenderse "con más vigor y tesón que los antecedentes", como decía el Corregidor de Chinchilla, don Manuel de Heredia, en su informe de 1750 al rey, en el que proponía como solución para acabar con las discordias abolir la comunidad de pastos, separando enteramete los términos, aunque dejando el aprovechamiento comunal de la sierra para leña y carbón, necesario sobre todo para Albacete, en cuyo término había de quedar la dehesa chinchillana de Meledriz "o Peces de San Jorge" que estaba situada dentro del territorio de la villa.

EL SIGLO XVIII


El siglo XVIII es, después de la crisis del XVII, un siglo de crecimiento, tanto en el aspecto demográfico como en el agrícola y el comercial.
Además al mediar el siglo -entre 1741 y 1752, Albacete por segunda vez amplía su término con el llamado "término nuevo".
También en 1787, el Censo de Floridablanca no indica vecinos, sino habitantes.

jueves, 2 de abril de 2009

LOS MORISCOS


Albacete, que había sido un centro importante en la organización de la lucha contra los moriscos, lo fue tambien después, cuando Felipe II ordenó su deportación. Aquí habrían de llegar miles de ellos desde la Andalucía Oriental. Por Lorca y Murcia, para ser enviados a otras partes de Castilla. En principio no debían quedar aquí ni en otras tierras próximas a Valencia y Andalucía, por temor a otros levantamientos semejantes en estas zonas. No obstante serían muchos los que permanecieran en nuestra villa, aunque luego su número iría decreciendo hasta su expulsión a principios del siglo XVII.
La llegada masiva de moriscos a Albacete se produjo a finales de 1570. En la segunda mitad de noviembre vendrían al menos 15.000 y unos 6.000 o 10.000 más en diciembre. Los primeros fueron enviados desde aquí a tierras de Cuenca, Toledo y Ciudad Real, e incluso a Guadalupe. Los que vinieron en diciembre habrían de ser enviados hacia Segovia y León.
Albacete era, pues, un lugar de paso y de distribución de los cristianos nuevos. Pero ya desde lo primeros tiempos quedaron muchos de ellos en la villa, lo que despertaría el temor de algunos funcionarios reales, dada la relativa proximidad a Valencia y Andalucía.