
Albacete, que había sido un centro importante en la organización de la lucha contra los moriscos, lo fue tambien después, cuando Felipe II ordenó su deportación. Aquí habrían de llegar miles de ellos desde la Andalucía Oriental. Por Lorca y Murcia, para ser enviados a otras partes de Castilla. En principio no debían quedar aquí ni en otras tierras próximas a Valencia y Andalucía, por temor a otros levantamientos semejantes en estas zonas. No obstante serían muchos los que permanecieran en nuestra villa, aunque luego su número iría decreciendo hasta su expulsión a principios del siglo XVII.
La llegada masiva de moriscos a Albacete se produjo a finales de 1570. En la segunda mitad de noviembre vendrían al menos 15.000 y unos 6.000 o 10.000 más en diciembre. Los primeros fueron enviados desde aquí a tierras de Cuenca, Toledo y Ciudad Real, e incluso a Guadalupe. Los que vinieron en diciembre habrían de ser enviados hacia Segovia y León.
Albacete era, pues, un lugar de paso y de distribución de los cristianos nuevos. Pero ya desde lo primeros tiempos quedaron muchos de ellos en la villa, lo que despertaría el temor de algunos funcionarios reales, dada la relativa proximidad a Valencia y Andalucía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario