
Albacete, cocina rica y variada.
La gastronomía de la provincia de Albacete sorprende por su variedad. En ella se dan cita numerosas carnes, una buena oferta de pescados del Mediterráneo próximo, hortalizas y verduras, que hacen las delicias de todos los paladares.
Como las otras provincias manchegas, la cocina albaceteña cuenta con la carne entre sus principales ingredientes. La carne de caza puede prepararse de más de treinta formas distintas; a la cazadora, a la colirón, a lo Duque, con col, en escabeche, etc. Hay una gran variedad de guisos para preparar liebre, perdiz, conejo... con los intensos y variados aromas del campo.
El cordero segureño, que se produce en la confluencia de la provincia con Murcia y Andalucía, es el más sabroso y el mejor de España; el cerdo y las aves de granja también están presentes, dentro de una cocina de platos fuerte, propios de un clima de interior. con inviernos muy frios. El cordero asado, la paletilla de cabrito o los gazpachos manchegos, elaborados con caza, aportan las calorías necesarias para hacer frente a esos rogores invernales.
El Pescado.
Además de los pescados mediterráneos muy bien valorados en Albacete, las frescas corrientes fluviales de la provincia aportan a su cocina muchos otros pescados; truchas, carpas, lucios y cangrejos, se dadn cita en las mesas albaceteñas, llevando consigo todo el sabor y frescura de esta agua. El bacalao, en distintas preparaciones, completa la oferta pesquera.
Platos típicos.
Por ejemplo, el ajo pringue o de "mataero", muy consumido durante el ancestral rito de la matanza del cerdo, gachas, migas, atascaburras o mojes de tomate. El queso manchego, cortado en triángulos isósceles, se consume como tapa, pero también puede tomarse frito, y está muy bueno. El pastel de puerros, nos muestra una parte de las delicias que puede ofrecer la huerta albaceteña, además de un buen pisto. Con setas y esparragos trigueros se elaboran recetas típicas y tentadoras, llenas de sabor de campo, y durante todo el año, los guisos de legumbres con matanza o bacalao.
Postres y vinos.
La oferta repostera de Albacete también es muy variopinta, destacando los dulces elaborados en monasterios, como las tradicionales flores manchegas, los suspiros, los Miguelitos de La Roda, las natillas pestiñadas o los bollos de mosto. En la provincia pueden encontrarse las Denominaciones de Origen, La Mancha, Almansa, y recientemente la otorgada a los vinos de pago Finca de Elez. Aparte de estos excelentes caldos, no debe marcharse de la región sin haber provado la cuerva, bebida típica albaceteña, compuesta de agua, azucar, limón y vino.
La gastronomía de la provincia de Albacete sorprende por su variedad. En ella se dan cita numerosas carnes, una buena oferta de pescados del Mediterráneo próximo, hortalizas y verduras, que hacen las delicias de todos los paladares.
Como las otras provincias manchegas, la cocina albaceteña cuenta con la carne entre sus principales ingredientes. La carne de caza puede prepararse de más de treinta formas distintas; a la cazadora, a la colirón, a lo Duque, con col, en escabeche, etc. Hay una gran variedad de guisos para preparar liebre, perdiz, conejo... con los intensos y variados aromas del campo.
El cordero segureño, que se produce en la confluencia de la provincia con Murcia y Andalucía, es el más sabroso y el mejor de España; el cerdo y las aves de granja también están presentes, dentro de una cocina de platos fuerte, propios de un clima de interior. con inviernos muy frios. El cordero asado, la paletilla de cabrito o los gazpachos manchegos, elaborados con caza, aportan las calorías necesarias para hacer frente a esos rogores invernales.
El Pescado.
Además de los pescados mediterráneos muy bien valorados en Albacete, las frescas corrientes fluviales de la provincia aportan a su cocina muchos otros pescados; truchas, carpas, lucios y cangrejos, se dadn cita en las mesas albaceteñas, llevando consigo todo el sabor y frescura de esta agua. El bacalao, en distintas preparaciones, completa la oferta pesquera.
Platos típicos.
Por ejemplo, el ajo pringue o de "mataero", muy consumido durante el ancestral rito de la matanza del cerdo, gachas, migas, atascaburras o mojes de tomate. El queso manchego, cortado en triángulos isósceles, se consume como tapa, pero también puede tomarse frito, y está muy bueno. El pastel de puerros, nos muestra una parte de las delicias que puede ofrecer la huerta albaceteña, además de un buen pisto. Con setas y esparragos trigueros se elaboran recetas típicas y tentadoras, llenas de sabor de campo, y durante todo el año, los guisos de legumbres con matanza o bacalao.
Postres y vinos.
La oferta repostera de Albacete también es muy variopinta, destacando los dulces elaborados en monasterios, como las tradicionales flores manchegas, los suspiros, los Miguelitos de La Roda, las natillas pestiñadas o los bollos de mosto. En la provincia pueden encontrarse las Denominaciones de Origen, La Mancha, Almansa, y recientemente la otorgada a los vinos de pago Finca de Elez. Aparte de estos excelentes caldos, no debe marcharse de la región sin haber provado la cuerva, bebida típica albaceteña, compuesta de agua, azucar, limón y vino.
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